Es
extremadamente despiadada. Fue nombrada Gran Sicaria con solo 16 años y
siempre ha sido un referente en los submundos del crimen.
Pero triunfar en la vida no lo es todo y no tardó mucho en sentir el vacío de quien conoce su oficio demasiado pronto. La muerte se volvió mecánica, fría y aburrida, las víctimas muy previsibles y en la pirámide de Maslow no había más peldaños que subir. Cerca de la depresión tenía que reinventarse.
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