Gorrillas de probador

El mundo se hunde, o eso nos dicen en las noticias, sin embargo, la gente aguza su ingenio y en estos tiempos surgen nuevas oportunidades. De esto sabemos mucho en nuestro país. Un ejemplo lo tenéis en cualquier tienda, las madres y sus hijas adolescentes van juntas de compras, mientras las púberes sueñan inocentes con renovar su armario, las señoras se buscan la vida para financiar las compras y ya han encontrado su pequeña grieta, la rendija por donde colarse.

Surge la figura de la gorrilla de probador. La señora se coloca en el pasillo de probadores y te indica cuál está libre a cambio de unas monedas. En principio, es algo voluntario, pero hay cierta coacción implícita, porque si te niegas a pagar te abre la cortina mientras estás allí dentro, vendido, luchando con esa ropa que no es tuya, que no conoces, en extrañas posturas de probador. También he oído decir que te roba tu propia ropa y abandona la tienda, tu única opción es comprar algo para poder salir de allí vestido.

De todas formas, no creo que haya que preocuparse. Algunas ya están contando chistes para dar un valor añadido al servicio que prestan, que realmente no sirve para nada. Es cuestión de tiempo, el mercado las concibió y el mercado acabará con ellas.