miércoles, 8 de junio de 2011

La República







Nací siendo príncipe heredero, si te pasa, es algo que asumes con naturalidad, te educan para que heredes un trono, para ser rey, y eso es algo que no se discute, simplemente creces asumiendo que es así.

Sin embargo, no podría poner una fecha exacta a esto, un día comencé a preguntarme por el sentido de la monarquía, de los reyes, de la dinastía heredada de padre a primogénito, por el orden sucesorio y todas estas cosas. No es algo que me impida dormir plácidamente pero me dio por leer sobre el tema, por estudiar las reflexiones de los pensadores que habían abordado con cierta distancia personal, objetividad y rigor estas cuestiones.

Podría justificarme todo lo que quisiera, pero lo cierto es que los argumentos favorables a la monarquía siempre me han parecido, desde un punto de vista racional, absolutamente insostenibles en una sociedad avanzada y democrática, hasta tal punto que puedo decir, aquí en privado, que intelectualmente me declaro republicano.

Tal vez soy el primer rey republicano, por tanto incoherente, criticable, exiliable y abdicable pero ¿y tú? ¿renunciarías a todo lo que tengo? ¿lo dejarías todo por una razón ética y filosófica? ¿por los demás? ¿me lo regalarías a mí? ¿y tú? ¿y tú? ¿y tú? ¿y tú?




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