domingo, 26 de junio de 2011

La cerbatana






Vivimos rodeados de tantos estímulos visuales que no podemos procesarlos todos conscientemente al 100%, así que nuestro cerebro da por sentado algunos gestos que conoce como cotidianos. No hace falta prestar una atención completa, ves a alguien agachado tocándose un pie y presupones que está atándose el zapato. Normalmente es así, no parece haber nada alarmante y sigues con tu vida, olvidando toda esa información periférica.

Este mecanismo entraña ciertos riesgos, porque he detectado que hay personas que aprovechan esta grieta de nuestro cerebro, esta flojera, este dar las cosas por sentado, para colarnos una agresión bacteriológica. Son personas muy enfadadas con el mundo, muy leídas, que conocen al dedillo las dinámicas de nuestra biología, quieren herir sin ser percibidos, sienten su poder agazapados en el anonimato, quieren hacer daño impunemente y cuando tosen aprovechan ese gesto aparentemente educado de colocar la mano tapando la boca para lanzar su ataque más tóxico.

Tu cerebro procesa el gesto como educado pero si abres bien los ojos, si miras con atención verás como su mano es una cerbatana de precisión que proyecta los gérmenes para contagiarte algo malo, mira como ha creado el hueco, no tapa la salida, no tapona, ¡está ahí y no te habías dado cuenta! es una cánula de camuflaje para un ataque encubierto muy técnico, muy preciso, que aprovecha ese mecanismo imperfecto de tu cerebro, esa elipsis de información, para que pilles lo que sea. Hay que estar muy atentos!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario