domingo, 30 de octubre de 2011

Escenas de otoño



Le gustaba sentir el calor de las heces de su perro aquellas frías mañanas de otoño.

lunes, 24 de octubre de 2011

Pasa, hombre


Ah, ¿estáis ahí? Me pilláis saliendo pero bueno venga, os cuento lo último.
Iban a entrar y la cortesía sugería cederse el paso mutuamente. "Pasa, hombre", dijo el mayor cediedo gentilmente el paso al más joven, asiendo el brazo de este, como reafirmando el gesto, sellándolo con confianza. En ese instante, casi imposible de medir en tiempo, cuando el joven crea por reflejo una intención, un leve, lejano, aún no dibujado, un boceto de ademán, casi nada, un inicio de pensamiento de ser él quien ceda el paso, el mayor, sin decir nada, pasa primero pisoteando grotescamente su oferta.

Inevitablemente, el cerebro del joven lanza preguntas al túnel sin respuestas, me ha dicho que pasara ¿no? ¿por qué no me ha cedido finalmente el paso? ¿He dicho algo que le haya molestado? Ya alejado el viejo de la escena, se oye un tímido, tembloroso y casi inaudible "bueno, gracias", nacido de una boquita minúscula y constreñida.

martes, 18 de octubre de 2011

La manifa



Hay que salir a la calle a protestar, a exigir lo que nos pertenece, pero no todo vale.
Hay gente muy relajada que empieza a escribir sus reivindicaciones en post-it. Hombre, cúrratelo un poco ¿no? Ya nos hemos tatuado en el cerebro lo de la crisis y los recortes, pero venga. Es posible que te encuadre un cámara avispado, pero hay que cerrar mucho el plano y tampoco es eso. Ya te imagino cuando estás con tu post-it de manifestación, soñando con algo de protagonismo, con salir, con que se te vea, pero lo pones difícil, es un reto, una apuesta contigo mismo, a ver si salgo con este post-it. Si me sacan con esto, que se acabe el senado.

Hay algo muy íntimo y soñador ahí.

lunes, 10 de octubre de 2011

El embalse






En el pueblo no llovía desde hacía mucho, castigado por una severa sequía. El embalse estaba en su mínimo histórico desde que se creara a mediados del siglo pasado.

Ella bajaba cada tarde y se sentaba en la orilla a ver si había subido el caudal.

martes, 4 de octubre de 2011

Amor al amor




Todo era brillo en aquel plató de televisión y aquella joven pareja de concursantes se mostraba exultante. Con mucho descomplejo respondían las preguntas y acertaban, y acertaban, y acertaban, subiendo la tensión, desatando la euforia, coreados con las risas dirigidas por el regidor, acompañados por el espectador en la distancia. Cuando, peldaño tras peldaño, llegaban al final de la escalera de aquel concurso popular, el joven, que volaba subido en la nube del momento, con el mal gusto de quien copia costumbres foráneas, se arrodilló y, con mucha teatralidad, pidió matrimonio a su pareja.

El tiempo se detuvo y el show le prestó toda su atención. La chica sin mediar palabra le regaló una generosa patada en los huevos, dejándole herido, humillado y dolido en aquel suelo de caucho, mirado por todos en silencio, el público, los técnicos, el presentador y su novia que seguía sin moverse, a lo que el concursante respondió: "entonces ¿puede que sí?"